El arrepentimiento

El arrepentimiento
🔴I. ¿Qué es arrepentimiento?
✅️A. Definición de arrepentimiento. La palabra griega para “arrepentimiento” en el Nuevo Testamento es metanoia; que significa “tener otra actitud” o cambiar de actitud”. La persona que se arrepiente, cambia de actitud en cuanto al pecado. Esta palabra equivale a otra usada en el Antiguo Testamento: volver. La definición dada por Thayer al término metanoia es “cambiar sinceramente la actitud de uno por algo mejor, para enmendar y aborrecer un pasado pecaminoso”.
✅️Podemos ver tres pasos en estas definiciones.
👉(1) El arrepentimiento es un cambio de voluntad o de actitud;
👉(2) Este cambio es producido por un dolor a causa de pecados cometidos;
👉(3) Guía a un cambio de vida y conducta.
🔴II. Lo que no es el arrepentimiento
✅️A. El arrepentimiento no debe ser confundido con tristeza. Pablo dice claramente que el dolor según Dios produce arrepentimiento para salvación (2 Corintios 7:10); por eso dijo que se gozaba no porque hayan estado tristes, sino porque se entristecieron para arrepentimiento (2 Corintios 7:9). Una tristeza por el pecado es un antecedente o motivo que guía al arrepentimiento, pero esta, en sí, no es arrepentimiento; sólo se relacionan como la causa y el efecto de la física. El efecto es el cambio de actitud; la causa es la tristeza provocada por el pecado. Uno puede estar triste por las consecuencias del pecado sin estarlo por el pecado en sí. La mayoría de los prisioneros están tristes, no por sus pecados sino porque los capturaron. Solamente cuando uno esté triste, realmente, a causa del pecado, no tomando en cuenta las consecuencias, nos conducirá a abandonar el pecado.
✅️B. El arrepentimiento no es una reforma. Juan el Bautista dijo a los fariseos en Mateo 3:8, “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento”. Los estaba desafiando a que mostraran con su vida cambiada y acciones justas que se habían arrepentido. Esta reforma de vida es un resultado del arrepentimiento, pero no es arrepentimiento. Es posible que una persona se reforme, y hasta deje de hacer cosas malas sin arrepentirse, en realidad, de ellas. Alguien puede dejar de embriagarse para evitar morir, sin tener por ello un verdadero arrepentimiento de su borrachera. Las circunstancias no pueden guiar a nadie a cambiar, si antes no existe un verdadero cambio de actitud, respecto de la vida pecadora. La reforma es, pues, un fruto del arrepentimiento.
✅️C. El arrepentimiento no debe ser confundido con el miedo. Es cierto que el miedo al juicio es uno de los motivos que guía al hombre a arrepentirse; sin embargo, el miedo no es arrepentimiento.
Cuando Pablo predicó a Felix, en Hechos 24:25, le habló de la justicia, del autocontrol y del juicio venidero. Cuando Félix oyó describir la justicia que no tenía, el autocontrol que nunca había ejercido y del juicio para el cual no estaba preparado, se atemorizó, y dijo a Pablo: “Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré”. Después de que Pablo salió y su temor se hubo apaciguado, Félix no mostró ningún cambio de actitud o reforma de vida. Hay muchos que piensan que si estuvieran muy enfermos, a la puerta de la muerte, con sólo tener miedo y llorar, demostrarán que están arrepentidos; pero recuperados, muy pocos, en realidad, muestran con su vida que se arrepintieron. El miedo, entonces, NO es arrepentimiento.
🔴III. Motivos que guían al arrepentimiento
✅️A. La bondad o el amor de Dios. Pablo escribe en Romanos 2:4, “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” Juan nos recuerda en 1 Juan 4:19, “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero”. El poder más grande que se mueve sobre el mundo es el amor. Fue el amor lo que motivó que Jesús viniera a la Tierra para efectuar la salvación del hombre. Cuando alguien comprende cabalmente el amor que Dios y Cristo nos mostraron en el Calvario, eso se convierte en la fuerza motriz que nos guía al arrepentimiento.
🔴B. La tristeza a causa del pecado. Leemos en 2 Corintios 7:10, “Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte”. Cuando alguien comprende cómo hiere el pecado a Dios, a los seres queridos y a los amigos, cuando reconoce que el pecado entristece a Dios, entonces esto lo guía al arrepentimiento.
Pablo nos recuerda con estas palabras que hay dos clases de arrepentimiento: uno piadoso y otro mundano; uno trae salvación y el otro trae muerte.
Pedro y Judas ilustran estas dos clases de dolor. Ambos pecaron contra el Maestro. Cuando Pedro comprendió su pecado, al ver al Maestro y oír el canto del gallo, la Biblia dice que salió y “lloró amargamente” (Mateo 26:75). Sin embargo, el día de la resurrección fue el primero en entrar en la tumba vacía, y por el resto de sus días siguió los pasos del Maestro. Su cambio de actitud fue genuino porque lo guió a un cambio de vida; regresó humildemente al Maestro, quien lo perdonó y lo envió a predicar.
Judas traiciona al Maestro; sin embargo, por la mañana comprende la gravedad de su acción. La Biblia dice que se arrepintió y regresó las treinta monedas de plata a los príncipes de los sacerdotes y dijo: “Yo he pecado entregando sangre inocente” (Mateo 27:4). Podemos ver que Judas cambió de actitud, mas su arrepentimiento no fue genuino. La palabra griega para el arrepentimiento de Judas no es metanoia, sino metamelomai, que significa “sentimiento de inquietud” o “remordimiento”.
Este sentimiento puede redundar en arrepentimiento genuino o en una simple molestia de consciencia. Judas estaba triste por lo que estaba sufriendo el Maestro; sin duda no pensó que iba a ser condenado. Estaba triste porque sus planes no salieron como quería. No hay indicios de que haya tenido dolor o tristeza a causa de su pecado, porque no regresó al Maestro para obtener el perdón y la salvación, sino que consiguió una soga y se ahorcó.
Pedro tuvo un dolor según Dios a causa de su pecado, y obtuvo la salvación. Judas demostró un dolor según el mundo, que le guió a la muerte.
✅️C. Miedo al juicio. Cuando Pablo habló a los filósofos del Areópago, en Atenas, les recordó que antes que viniera Cristo, Dios había pasado por alto su ignorancia; pero ahora que Cristo había venido y la salvación estaba disponible para todos los hombres, dijo que Dios “manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” (Hechos 17:30). El motivo que hace que se arrepientan es la perspectiva del juicio de Dios. Pablo les sigue diciendo: “Por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos” (Hechos 17:31). El miedo al juicio no es realmente el motivo más grande para lograr el arrepentimiento, pero algunas veces es muy efectivo.A menudo el corazón se torna muy duro a causa del pecado, que atrae sobre sí la amenaza del juicio de Dios, a fin de destruir la barrera, para que el amor de Dios pueda alcanzar el corazón. Es muy probable que en muchos casos Dios haga uso de los tres medios para atraer al hombre al arrepentimiento.
🔴IV. La necesidad del arrepentimiento
Cuando Jesús dio la gran comisión dijo que el arrepentimiento y la remisión de los pecados debían ser predicados en su nombre a todas las naciones, comenzando por Jerusalén (Lucas 24:47). Jesús dijo también a los judíos: “Antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente” (Lucas 13:3). Pablo informó a los filósofos de Atenas que Dios una vez pasó por alto su ignorancia e idolatría; pero, “ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” (Hechos 17:30). El arrepentimiento es tan importante, que es una de las primeras cosas que median entre el hombre y la destrucción. Una de las razones para la benignidad y paciencia de Dios hacia el hombre es que él no quiere que nadie perezca sino que todos procedan al arrepentimiento (2 Pedro 3:9).
✅️El arrepentimiento es necesario también para el cristiano.
¿Qué hace el cristiano para obtener perdón de pecados después que ha venido a Jesús y ha pecado? Pedro responde a esta pregunta en Hechos 8:22. Simón había creído en Cristo; sin embargo, la tentación lo venció y pecó. Después de reprenderle severamente por su pecado, Pedro le dice cómo obtener perdón: “Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón”. Dos pasos son necesarios para el cristiano que peca: arrepentimiento y oración para lograr el perdón. Sin duda, el orar sin arrepentimiento es un ejercicio sin provecho; mas la oración con arrepentimiento ayudará a salvar al cristiano del pecado.
🔴V.Algunos impedimentos para el arrepentimiento
✅️A. El orgullo natural del corazón. Esteban reprendió severamente al Sanedrín, antes de que lo apedrearan, diciendo: “¡Duros de cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros” (Hechos 7:51). El hombre es orgulloso por naturaleza y es difícil para cualquiera reconocer o aceptar que ha pecado o anda errado. El orgullo impulsa a uno a apegarse más a las cosas que son malas, que admitir su pecado o debilidad. Es un verdadero heroísmo moral admitir humildemente que tenemos fallas y que debemos abandonarlas. La humildad es, en verdad, una virtud que no tiene precio. Jesús dijo: “Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3). Le fue necesario al hijo pródigo una gran humildad para “tragarse” su orgullo, regresar a casa y admitir ante su padre y su hermano mayor que había pecado. Muchos se perderán eternamente porque el orgullo les obstaculizó su arrepentimiento.
✅️B. La influencia de los deseos pecaminosos.
La consecuencia necesaria del arrepentimiento incluye abandonar las gratificaciones sensuales, los apetitos carnales, los sórdidos placeres, la lujuria y todas las formas vergonzosas de pecado. Es algo que muchos no pueden hacer. El borracho puede llorar por su pecado, mas su apetito desordenado le aleja de su propósito de abandonar sus malos deseos. El dolor sugiere arrepentimiento pero el apetito ataca con mayor saña y el hombre titubea y finalmente se pierde. (Ely Zollars, La Gran Salvación, p. 121)
✅️C. La tardanza para hacer una decisión. Demorarse para hacer una decisión es uno de los mayores impedimentos para el arrepentimiento. Mucha gente llega al fin de su vida sin haberse arrepentido. Pues al igual que Félix, están buscando un tiempo más conveniente para hacerlo. Las Escrituras no están de acuerdo con esto; por eso, nos recuerdan: “hoy es el día de salvación”. El cielo es maravilloso, el infierno tan horrible y la eternidad tan larga como para posponer el arrepentimiento.

Fuente: TRECE LECCIONES DE DOCTRINA BÍBLICA ©1991 por College Press Publishing Company
Joplin, Missouri, E.U.A.

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